Cómo integrar a tu equipo de tecnología

Uno de los temas que más he trabajado en diferentes contextos es la integración de las personas para lograr tener un equipo de alta camaradería y productividad.  Es todo un reto hoy en día, pues los perfiles de las organizaciones que utilizan tecnologías de la información son diversos y esto obliga a que personas de diferentes gustos y creencias convivan en el mismo equipo.

Desde mi experiencia puedo compartir algunos tips que espero te funcionen, pero recuerda que todo grupo de personas es único e inigualable, así que tienes que adaptar esto para aumentar la probabilidad de éxito.

Lo que te recomiendo hacer primero es dejar de asumir estereotipos y pensar en el equipo como un grupo singular.  Tal vez sea muy práctico etiquetar a las personas de cierto departamento, como por ejemplo cuando decimos que los programadores son  “introvertidos” y por ende, con pocas tendencias hacia socializar con otros perfiles. Otro ejemplo es al analizar la demografía de la organización, corres un reporte para agrupar por edades y agrupas a los millenials en el grupo de “difíciles de comprometerse a largo plazo”.  Esto tal vez sea práctico si vas a trabajar en cada sector de tu población para identificar incentivos adecuados para grupos etarios, sin embargo para la integración recomiendo que busques un enfoque distinto, más hacia buscar las semejanzas en vez de las cosas que los hacen diferentes.

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En segunda instancia encuentra las similitudes obvias, busca qué tienen en común las personas en toda la organización.  Probablemente la misión y visión de la empresa te puede dar pistas; o los valores y objetivos organizacionales tengan la clave. Después de todo, por algo están en esa empresa juntos.  Si es una organización donde se promueve la innovación y se busca romper esquemas (como muchas empresas de TI lo tienen embebido es sus misiones) muy probablemente el factor común será la creatividad para resolver problemas, las ideas divergentes y no tradicionales al sugerir nuevas dinámicas, los enfoques modernos a situaciones tradicionales, etc.  A veces quienes piensan diferente aceptan con más facilidad a otros que hacen lo mismo, a pesar de tener puntos de vista contrarios.

Una vez que tienes conceptualizado tu grupo, empieza el gran reto: Fomentar la confianza entre los integrantes.  La confianza es considerado uno de los valores principales, el ingrediente básico de todas las relaciones (personales o profesionales).  Cuando hay un grupo que carece de confianza, cualquier tarea es vulnerable al fracaso. Si el grupo confía en sus integrantes, la mentalidad y el trabajo en equipo se enfoca en el éxito con más facilidad.

Para fomentar la confianza sugiero ejercicios básicos donde puedan los integrantes exponer información personal, como sus preocupaciones, sus cualidades más fuertes, sus planes y objetivos profesionales; todo esto en un ejercicio monitoreado para que no se tergiverse esa información y se logren crear cimientos en las relaciones interpersonales que permitan a los demás conocer un poco más a fondo quiénes son sus compañeros.

Habiendo creado confianza entre las personas del equipo, se genera empatía, es normal que tengamos afinidad por los otros al saber que sufren, gozan, se preocupan o disfrutan de lo mismo que nosotros.  Conservar la confianza y la empatía se convertirá en una tarea constante, así que disfruta mucho de este rol y empápate del tema, siempre vendrán oportunidades para probar nuevos ejercicios de Confianza y Empatía.

Y por último, diseña una estrategia para que las personas lleguen a asumir un compromiso común.  Si el equipo se conoce, se acepta a través de la confianza y se apoyan unas a otras de manera empática, ya solo queda que remen para el mismo lado.  Profesionalmente es normal trasladar los objetivos organizacionales hacia objetivos particulares de los grupos. Al tener una misión común, el equipo tenderá a mantenerse unido.

Establece las metas de la empresa y dirige al grupo para que se generen soluciones en conjunto.  Involucra a los integrantes del equipo, identifiquen una situación y asuman un compromiso para resolverlo.  Por ejemplo, para aumentar el tiempo de respuesta en un proceso, se puede analizar el proceso para identificar los cuellos de botella y ofrecer soluciones para eliminarlo.  El grupo puede comprometerse a trabajar en hacer funcionar la solución, y eso puede ser un catalizador para nuevas propuestas. Al final, si las personas que conforman el equipo se sienten bien integradas, el éxito de uno de ellos será el éxito de todos.

Si tienes algún comentario, no dudes en dejarnos saber.  Se vale preguntar o debatir las ideas, tengamos confianza para discutir y así conocernos más.

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